miércoles, 6 de octubre de 2010

Las invasiones bárbaras al Imperio Romano

Hasta hoy, siempre ha sido posible encontrar explicación sobre el fin de Roma o exclusivamente en las invasiones barbaras. Lo cierto es que las invasiones comienzan muy pronto, ya a mediados del siglo III, el emperador Decio, muere defendiendo las fronteras contra los Godos en 251, y luego el emperador Valerio es capturado por los persas. Pero, no va a ser hasta el año 376 y 378, cuando los Hunos invadan la frontera este, que los godos rebasaran las fronteras del imperio, la batalla de Adrianópolis y la muerte del emperador Valente, inaugura las invasiones de manera formal e irreversible.

De todos modos, a pesar del prolongado periodo de paz que se había desarrollado en el Imperio romano durante los dos primeros siglos de nuestra era, será a partir del gobierno del emperador Marco Aurelio cuando asistimos a las primeras invasiones de algunos pueblos bárbaros como los mauri, que presionaban las fronteras occidentales del Imperio.

Los mauri se establecían en este momento en las montañas del Rif, cercanas al Estrecho de Gibraltar, lo que les permitió fácilmente invadir la provincia romana de la Bética en el sur de la Península. El legado de la Bética, Aufidius Victorinus, utilizó a la Legio VII Gemina, única legión establecida en la Península en este momento, para rechazar esta invasión. Una segunda incursión de los mauri parece que tuvo lugar hacia el 177-180 d.C. pero Roma de nuevo consiguió controlar la situación.

La historia registra que desde el año 378 d.C. varias tribus (muchas de las cuales no prosperaron, desaparecieron o se unieron a otras) invadieron el Imperio Romano. De éstas, las que más se destacaron fueron las siguientes:
Visigodos, Vándalos, Ostrogodos, Lombardos, Francos, Burgundios, Suevos, Anglosajones, Alamanes y Hérulos.

Estas diez tribus bárbaras (con ese nombre se las conoce) son el fundamento de las naciones europeas de la actualidad. Los historiadores aseguran que la división del Imperio Romano fue una realidad hacia el año 476 d.C:

"Desde el año 476, la historia de las tierras que una vez fueron gobernadas desde Roma se transformó en la historia de los pueblos bárbaros, aunque todavía varias generaciones de romanos y súbditos romanizados conservaron sus costumbres y formas de vida".

Durante el siglo IV d.C. va a quedar autorizado el establecimiento de grupos germanos en los confines del Imperio en calidad de federados o aliados de Roma, defendiendo las fronteras del Imperio, frente a la presión de otras tribus. Entre estos pueblos destacan los visigodos establecidos en la zona oriental del Imperio, que inician a fines del siglo IV d.C. incursiones de pillaje por la península de los Balcanes, para iniciar su marcha hacia la península italiana donde se enfrentarán al general romano Estilicón. En el año 410 los visigodos guiados por su rey Alarico toman y saquean la ciudad de Roma, capital del Imperio.

Otros pueblos como los vándalos, junto a los suevos, cuados y alanos cruzan en este momento la frontera del Rhin, atraviesan la Galia y llegan a Hispania en el 409 d.C., donde se establecen como federados. Posteriormente cruzan el estrecho de Gibraltar y fundan en África el reino vándalo.

Entre estos pueblos bárbaros que invadieron el Imperio, figurarían también los ostrogodos, que estaban inicialmente asentados junto al mar Negro. Después de ser destruido su reino por la acción de los hunos, que procedían de Asia, los ostrogodos se dedicaran a saquear el área de los Balcanes, para pasar finalmente a la península italiana, donde se establecerán definitivamente.
En determinadas ocasiones la alianza de estos pueblos bárbaros con el ejército romano frenaría a pueblos excepcionalmente belicosos como los hunos de Atila, que fueron derrotados en el año 451 d.C. en las Galias, en la batalla de los Campos Cataláunicos.

Aunque la presión de los pueblos bárbaros sobre las fronteras del Imperio, así como las sucesivas invasiones de estos pueblos son un factor histórico importante, tampoco podemos olvidar otras causas que influyeron en el final del Imperio romano de Occidente como la decadencia de la vida urbana, el aumento de la burocracia estatal, la crisis económica, la debilidad de los sucesivos emperadores, o la creciente presencia de elementos germanos en el ejército.
Es importante resaltar que estas tribus bárbaras en realidad no fueron reinos independientes de Roma, sino que hicieron parte de ella.

La historia lo confirma:
"La extinción del poder romano y el colapso de sus estructuras políticas no significaron el fin de su cultura ni la desaparición de sus formas de vida... Cuando los lazos políticos con Roma se rompieron a causa de las invasiones bárbaras, aquellos territorios recobraron su existencia independiente, pero las antiguas influencias culturales permanecieron en las costumbres y creencias, en las leyes y en las instituciones".
Si bien podemos considerar que el Imperio romano de Occidente finaliza en el 476 d.C., en la zona oriental del Imperio el poder de Bizancio perdurará hasta el año 1453 con la toma de Constantinopla por los turcos.

Fuente Internet:
http://www.arturosoria.com/facilacceso/impresion.asp?q=barbaros
http://www.profesorenlinea.cl/universalhistoria/Roma/RomaInvasiones.htm

Caída del Imperio Romano

El Imperio Romano alcanzó su mayor extensión al comienzo del siglo II d. C y duró 2.000 años. Estaba dividido en provincias, directamente sometidas al control del Emperador y del Senado
A pesar de que en esta época alcanzó su máximo esplendor, existían algunos problemas graves que se fueron ahondando a partir del siglo III d. C. Éstos fueron:
Enemigos externos: Aparecen pueblos que amenazan las fronteras romanas, especialmente los persas en la zona de Mesopotamia y los germanos en el Rin.

Excesivo poder de los soldados: El peligro inminente de los pueblos germanos en la frontera noreste obligó a Roma a mantener en armas un ejército de medio millón de legionarios quienes comenzaron a usar la fuerza para nombrar a los emperadores que les prometían favorecerlos. Esto provocó una gran inestabilidad política.

Gran crisis social: Esta crisis se manifestó principalmente en las provincias más atrasadas del Imperio, cuyos habitantes le exigieron al gobierno la totalidad de los derechos políticos y sociales.
Ruptura del equilibrio económico: El sector de Oriente del Imperio se enriqueció más que el sector Occidental, lo cual provocó problemas dentro del Imperio.

Gran crisis económica: Se elevaron los impuestos y contribuciones. Se ensayó la planificación central y rigurosa de la producción pero sólo provocó el estancamiento generalizado. Aparecen la inflación y el desempleo, el desabastecimiento, el mercado negro y la especulación.
Gran concentración urbana y éxodo rural: Los habitantes del Imperio dejan las zonas rurales y se dirigen hacia las ciudades.

El quiebre definitivo se produjo cuando Teodosio, emperador de origen español, legó el Imperio Romano, al morir, a sus dos hijos. A Honorio le correspondió el Imperio de Occidente, cuya capital era Roma, y a su segundo hijo, Arcadio, el Imperio de Oriente, cuya capital era Constantinopla, siguiendo destinos muy diferentes.

En el año 476 después de Cristo, el Imperio Romano de Occidente sucumbía bajo la presión de los germanos, mientras que el Imperio Romano de Oriente sobrevivió hasta el año 1453 después de Cristo, año en que cayó en poder de los turcos.

miércoles, 25 de agosto de 2010

ALEMANIA TRAS LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

La democracia parlamentaria se implantó en Alemania como consecuencia de una derrota que sorprendió a la población, y sus gobiernos hubieron de aceptar los sacrificios y las humillaciones impuestos por los vencedores. Estos hechos dañaron de modo irreparable la popularidad y legitimidad del nuevo régimen.Cuando Alemania comprendió la inminencia de su derrota, en septiembre de 1918 decidió formar un gobierno representativo (con la participación de todos los partidos políticos) que pudiera solicitar un armisticio y negociar la paz. Este gobierno, que estuvo presidido por el aristócrata liberal príncipe Max de Baden, reformó la constitución democratizándola y aumentó considerablemente las prerrogativas del Reichstag (Parlamento). El nuevo gobierno pidió el armisticio (petición apoyada por Austria-Hungría) sobre la base de los 14 puntos del presidente norteamericano Wilson, y que eran relativamente generosos con alemanes y austro-húngaros en la medida que no incluían disposiciones punitivas para ellos.Mientras se negociaba el armisticio, los combates continuaban. Con todo, no hubo acuerdo: los aliados, convencidos de que los alemanes simplemente querían ganar tiempo, endurecieron sus posiciones negociadoras. Alemania intentó una última ofensiva y los marineros de Kiel se amotinaron. La revuelta se extendió a otros puertos. De la flota pasó a las unidades del Ejército de Tierra. Ante tal situación, Max de Baden cede el poder al líder del SPD (partido socialdemócrata), Friedrich Ebert, que firmó el armisticio. El káiser Guillermo II abdicó y se exiló en Holanda, y el socialista Ebert rápidamente proclamó la república.Así se produjo la revolución en Alemania, fruto exclusivamente de la derrota de la Gran Guerra y no de una larga preparación ni de una vasta oleada de entusiasmo popular. Sólo los elementos más izquierdistas del socialismo intentaron en Alemania algo parecido a la revolución soviética de octubre de 1917. Por ello, en enero de 1919 los más radicales -los espartaquistas- fundaron el Partido Comunista Alemán, de corte soviético, y desencadenaron una campaña de agitación basada en huelgas, motines y luchas callejeras. Para imponer el orden, el gobierno (que era provisional) recurrió al antiguo ejército que sofocó la insurrección berlinesa en tres días, seguida por una represión sangrienta e indiscriminada en la que los líderes espartaquistas (Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht) fueron asesinados mientras estaban detenidos.Las elecciones para la Asamblea Nacional se celebraron en enero de 1919 en la ciudad de Weimar; en ellas el partido socialdemócrata obtuvo la mayoría, seguido del partido católico del Zentrum, demócratas, extrema derecha e independientes, mientras los comunistas boicoteaban el proceso electoral.
La República de Weimar
El futuro de la República era incierto: para la extrema izquierda representó “la derrota de la revolución”, por la represión de los intentos insurreccionales; para la extrema derecha, el régimen de Weimar significó la traición nacional, los “traidores de noviembre” (según la propaganda hitleriana), la aceptación humillante del Tratado de Versalles. Además, en Alemania aún permanecían firmes las bases del anterior régimen (poder de los grandes terratenientes prusianos, el viejo ejército seguía siendo un Estado dentro del Estado, y además la enseñanza y el poder judicial seguían en manos de elementos antidemocráticos), a pesar de haberse establecido la democracia política y una constitución que reconocía los derechos de los trabajadores.La República de Weimar fue, además, un régimen políticamente débil. El sistema proporcional elegido hizo que ningún partido tuviese nunca la mayoría absoluta, recurriéndose siempre a gobiernos de coalición, causa de inestabilidad gubernamental.La crisis económica erosionó profundamente la legitimidad de la República (? condiciones del Tratado de Versalles: deuda adquirida, pérdida de tierras productivas y de la flota mercante y pesquera): la industria alemana quedó paralizada, el déficit de la balanza de pagos se disparó, el marco se devaluó rápidamente. Todo ello impedía la recuperación de la economía alemana.Ante todo ello, el gobierno alemán solicitó a los aliados una investigación sobre la economía alemana y el estudio de nuevas fórmulas para el pago de las reparaciones. El resultado fue el Plan Dawes (1924).Pero el daño político y social que la hiperinflación y la ocupación causaron a la nueva democracia alemana fue irreparable, a pesar de la prosperidad -a la postre ficticia- que Alemania tendría de 1925 a 1929. La hiperinflación destrozó las economías de las clases medias: eso explicaría el auge de la derecha.Ya en 1920 se produjo un intento de golpe de estado en Berlín promovido por los militares, y en 1923 se repitió el intento, esta vez por el ultraderechista Partido Nacional-Socialista (creado en febrero de 1920), al que ayudó el general Ludendorff, destacado militar de la Gran Guerra (? en este intento, Hitler, líder del partido nazi, fue detenido y procesado).Las sucesivas elecciones que se celebraron en Alemania mostraban el avance de los partidos de derechas, pero también, aunque en menor proporción, del partido comunista, que atrajo a los sectores obreros descontentos con la actuación del gobierno.La ficticia “prösperitat” del período 1925-29 (con una coalición de socialistas y centristas en el gobierno) permitió hasta creer que la República de Weimar pudiera estabilizarse. Para el partido nazi, este período (aún sobreviviendo al fracaso que supuso su intento de golpe de estado en 1923) fue el peor en el campo político. Los socialistas ganaron las elecciones de 1924 y 1928. Pese a que la derecha nacional (que no los nazis) obtuvo buenos resultados, los partidos de centro aún retenían suficientes escaños y votos como para equilibrar el juego político. Durante este período, Alemania hizo sustanciales contribuciones a la paz internacional y fue por ello admitida en la Sociedad de Naciones en 1926.La crisis económica mundial de 1929 afectó a Alemania de forma particularmente negativa. La economía alemana no pudo resistir la retirada de los capitales norteamericanos y la falta de créditos internacionales. El comercio exterior se contrajo bruscamente. Caídas de precios, descenso de la producción, desempleo provocaron la adopción de medidas por parte del gobierno que resultaron a corto plazo muy negativas (elevación de impuestos, reducción del gasto público y de las importaciones, recortes salariales y mantenimiento del marco).Fue precisamente la depresión de 1929 la que dio la oportunidad a Adolf Hitler. En efecto, las consecuencias inmediatas de aquella crisis fueron: la ruptura de la coalición gubernamental entre socialistas y centristas que había sido el principal soporte de la República; la formación de una liga patriótica entre los dos partidos de derecha (la derecha nacional y el partido nazi); y una polarización muy acusada (? los resultados de las elecciones de 1930 vieron ya un espectacular aumento del voto de nazis y comunistas. El trasvase de votos de los partidos de centro y de la derecha moderada a los nazis fue evidente). Desde 1929-30 se agudizaron todas las tensiones de la sociedad alemana: se produjo el hundimiento de la economía alemana. El gobierno siguió una política deflacionista con la esperanza de que la bajada de los precios alemanes aumentaría las exportaciones y permitiría la recuperación industrial, pero fracasó porque los precios mundiales bajaron más rápidamente que los de las exportaciones alemanas. Se produjo un espectacular aumento del paro (de 2 a 6 millones) y la política de restricción afectó con fuertes reducciones a los servicios sociales. Los nazis capitalizaron en su favor el clima de incertidumbre y de malestar social creado por la crisis. En las elecciones presidenciales de 1932, Hitler consigue el segundo puesto por detrás de Hindenburg (que es apoyado por todos los partidos democráticos). En las elecciones generales celebradas ese mismo año, los nazis fueron ya el primer partido del país (? la clase media y la pequeña burguesía se inclinó por el partido nazi). En enero de 1933, tras el fracaso de anteriores gabinetes, Hindenburg encarga a Hitler que forme nuevo gobierno.En sólo seis meses, Hitler procedió con extraordinarias determinación y celeridad a la conquista del poder y a la destrucción fulminante de toda oposición. Hitler forzó a Hindenburg a autorizarle la disolución del Parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones, que se celebraron (marzo de 1933) en un clima de intimidación y violencia extremadas, desencadenadas por las fuerzas paramilitares nazis (las SA) y con las garantías suspendidas como consecuencia del incendio del edificio del Reichstag, que Hitler denunció como una conspiración comunista (el Partido Comunista fue, por ello, ilegalizado).Tras ganar las elecciones con el 44 % de los votos, Hitler logró que las cámaras aprobaran (con la sola oposición de los socialistas) una Ley de Plenos Poderes que le convertía virtualmente en dictador de Alemania. Las fuerzas nacionalistas y de derechas son absorbidas y el resto de los partidos disueltos, igual que los sindicatos (? centenares de dirigentes socialistas y comunistas fueron enviados a campos de concentración). La noche del 29 al 30 de junio de 1934 (la noche de los cuchillos largos), Hitler, usando las SS de Himmler, procedió a la ejecución sumaria de los dirigentes del ala radical de su partido y de personalidades independientes, por supuesto complot contra el Estado (en total 77 personas fueron asesinadas en aquella noche y varios centenares más en los días siguientes). El 14 de julio, Hitler declaró al partido nazi, partido único del Estado. Poco después, en agosto, fallece Hindenburg y Hitler, sin dejar la chancillería, asumió la Presidencia (aunque usó siempre el título de Führer) después de un plebiscito clamoroso en que logró un 88 % de votos afirmativos.La dictadura alemana había quedado en menos de un año firmemente establecida. Era el III Reich.

domingo, 8 de agosto de 2010

Características Generales de la Ilustración

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ILUSTRACIÓN

Es la ideología y la cultura elaborada por la burguesía europea en su lucha con el absolutismo y la nobleza. También puede ser definida como la culminación del racionalismo renacentista. Se trata de un fenómeno iniciado en Francia, que se va extendiendo por toda Europa a lo largo del siglo XVII. La Ilustración es la postura crítica que adopta la burguesía frente al orden establecido.
El ideal de la Ilustración fue la naturaleza a través de la razón. En realidad no es más que el espíritu del Renacimiento llevado hasta sus últimas consecuencias, en manifiesta oposición con lo sobrenatural y lo tradicional. El Ilustrado llegaba al amor al prójimo partiendo de la razón y no de la Revelación. La razón también podía llevarle a Dios creador del orden universal o bien en no creer en principio Supremo alguno. Por ello, la mayoría de los ilustrados eran deístas, aunque o sencillamente ateos. La Ilustración tomó el nombre de Enciclopedia en Francia y en los países latinos, y el de Aufklärung en las naciones germánicas.

EL RACIONALISMO

Sin duda, el vocablo más utilizado en el siglo XVIII en literatura, filosofía y ciencia, es el de “racional”. Los intelectuales de éste siglo dieron a su época en nombre de “siglo de las luces”, refiriéndose a las luces de la lógica, de la inteligencia, que debía iluminarlo todo.
Se da enorme importancia a la razón: el hombre puede comprenderlo todo a través de su inteligencia; sólo es real lo que puede ser entendido por la razón. Aquello que no sea racional debe ser rechazado como falso e inútil. Este racionalismo llevó a la lucha contra las supersticiones, por eso en este siglo termina la denominada “caza y quema de brujas”.
En el campo de la religión, la postura racionalista hizo que apareciese el deísmo: la mayor parte de los ilustrados son deistas, que afirman la existencia de un Dios creador y justo, pero consideran que el hombre no puede entrar en contacto con la divinidad, y por tanto no sabe nada de ella. De acuerdo con esto, los deistas rechazan las religiones reveladas, pero al mismo tiempo practican la tolerancia religiosa, pues si todas las religiones valen lo mismo, todas deben ser permitidas.

BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD

Se considera que la Naturaleza ha creado al hombre para que sea feliz. Pero de acuerdo con la mentalidad burguesa, esta felicidad para que sea auténtica debe basarse en la propiedad privada, la libertad y la igualdad. Cuando los ilustrados citan la igualdad, no se refieren a la igualdad económica, sino a la política y legal: igualdad ante la ley.

CREENCIA EN LA BONDAD NATURAL DEL HOMBRE

Los filósofos de la época piensan que el hombre es bueno por naturaleza.

EL OPTIMISMO

El hombre del siglo XVIII piensa que la naturaleza es una especie de máquina perfecta que lo hace todo bien.; hay motivos, por tanto, para sentirse optimista. Por otro lado, se considera que la historia supone la evolución progresiva de la humanidad, es decir, que el hombre con el transcurso de los siglos se va perfeccionando continuamente; así llegará el momento en que se logrará construir la sociedad perfecta, una especie de paraíso en la tierra.

EL LAICISMO

La Ilustración es la primera cultura laica de la historia de Europa; cultura al margen del cristianismo, y en algunos aspectos anticristiana. Esto tiene su explicación en cierto rechazo por parte de la Iglesia, de la forma de vida burguesa. La burguesía constituye una clase que, desde su aparición, vive del comercio, del préstamo con interés y del lucro. Todavía en el siglo XVIII nos encontramos con teólogos que consideraban al préstamo con interés como usura; con moralistas que seguían hablando de ganancias ilícitas y, con sacerdotes que predicaban que era más fácil salvarse a un hombre dedicado al ocio, que no al comerciante. Las virtudes cristianas son transformadas en virtudes laicas; los ilustrados nunca hablan de caridad (amor al prójimo por amor a Dios), sino que emplean la palabra filantropía (amor al hombre por el hombre mismo).El carácter no religioso de la Ilustración se nota también en las lecturas de la época: en el siglo XVII los libros que más se editaban eran las vidas de santos y las obras de piedad; en cambio en el siglo XVIII las obras más editadas son de filosofía, ciencias naturales y apenas libros religiosos.

martes, 15 de junio de 2010

Surgimiento de la URSS

1.Los bolcheviques en el poder

El mismo día 26 de octubre en que cayo el Palacio de Invierno quedo constituido el primer gobierno de Comisarios del Pueblo. Presidio por Lenin, contaba entre sus personalidades mas destacadas a Trostki (Asuntos Exteriores), Rikov (Interior), Lunatcharski (Educación) y Stalin (Nacionalidades). La construcción el poder soviético estuvo plagada de dificultades que condicionaron decisivamente su futuro. A corto plazo, la celebre trilogía bolchevique paz, pan y tierras fue materializada por la guerra civil que asolo al país entre 1918 y 1921.

En su primer decreto el nuevo gobierno repartió las tierras a loas campesinos pobres, sin dar ninguna indemnización a los terratenientes. Esta fue una medida tendente a dar satisfacción a la secular reivindicación de los campesinos hambrientos de tierras y que también pretendían ensanchar las bases sociales del nuevo régimen. Un año después, la vorágine de la guerra civil, el acaparamiento de los campesinos, el desabastecimiento de las ciudades bastiones del proyecto bolchevique), y la desarticulación económica obligaron a una política de requisas, justificada en términos ideológicos por los decretos que instauraban la propiedad socialista en el campo.

La retirada de Rusia de la guerra mundial se saldo en el Tratado de Brest-Litovsk, firmado con Alemania el 3 de marzo de 1918. Se había impuesto la propuesta de Lenin, no compartida por otros dirigentes bolcheviques, como Bujarin, partidario de un esfuerzo bélico ultimo para asegurar una negociación mas ventajosa.

En dicho tratado, Rusia perdía regiones de enorme importancia económica, pero Lenin tenia la convicción de que la paz, por gravosa que fuera, era imprescindible para la supervivencia de la revolución. Sin embargo, los efectos fueron contradictorios. Si por un lado se ampliaban las bases sociales con los soldados desmovilizados, por otro, las potencias aliadas, que ideológicamente no podían admitir la revolución, encontraron en la desafección rusa el argumento para su posterior intervención en la guerra civil a favor de la contrarrevolución.

En el plano político la dinámica leninista en los primeros meses estuvo dirigida a asegurara el poder bolchevique, que se consideraba esencial para la consolidación y salvaguarda de la Revolución.

Eliminados los partidos burgueses, las tensiones se circunscribieron a los tres partidos presentes en los soviet: bolcheviques, social revolucionarias y mencheviques. Las elecciones para la Asamblea Constituyente del 25 de noviembre dejaron a los bolcheviques en minoría, con el 25% de los votos, mientras que los mencheviques obtuvieron la mayoría.

El 6 de enero de 1918 el gobierno disolvió la Asamblea. También se sucedieron las confrontaciones en el seno de los soviets hasta que la hegemonía bolchevique se hizo realidad. A lo largo de la primavera de produjo, pues, una suplantación: el viejo lema todo el poder para los soviets se convirtió en todo el poder para el partido comunista, nueva y definitiva denominación que tomaron los bolcheviques. Sucesivamente desaparecieron la escena política los mencheviques, los socialrevolucionarios y los pequeños núcleos anarquistas. En julio de 1918 Rusia adoptó una Constitución que definió al país como república federal socialista y soviética rusa, bajo el régimen de la dictadura del proletariado.

El proceso revolucionario de 1917

1.LA REVOLUCION DE FEBRERO Y LA CAIDA DEL ZAR
A lo largo de 1917 la historia se aceleró vertiginosamente. Se sucedieron la caída del régimen zarista, el intento frustrado de constituir una república reformista, los ensayos contrarevolucionarios para reinstalar el viejo orden y, finalmente, los sucesos revolucionarios de octubre.
En un ambiente de desintegración la manifestación espontanea del 23 de febrero en San Petersburgo en demanda de paz y pan fue el punto de partida. La organización del movimiento significó su expansión en días sucesivos. La huelga general del 25 de febrero manifestó la presencia del movimiento obrero. El 26 los síntomas de rebeldía se extendieron a los cuarteles. Al día siguiente se constituyo un Gobierno Provisional encabezado por Luov, con Kerenski como ministro de guerra. Al mismo tiempo, los obreros y los soldados creaban sus propias células de poder, a imitación de 1905, los soviets.
Poco después, el zar abdico. Había dos formulas alternativas al zarismo de contenido sociológico y político diferente. El Gobierno Provisional representaba a los sectores de la burguesía liberal cuyo objetivo político era el establecimiento de una república parlamentaria de corte occidental. En esta línea se movió un sector del movimiento obrero, sobre todo los mencheviques, persuadidos de que todavía era el tiempo de la burguesía y de sus reformas.
El otro poder emergente, los soviets, vislumbraban, de forma no bien definida, una solución política más avanzada. Sus protagonistas fueron los bolcheviques, o mas bien un sector de ellos, cuya estrategia y practica política quedaron plenamente definidas con la llegada de Lenin a Petrogrado el nuevo nombre rusificado de San Petersburgo) el 3 de abril.

2.LENIN, TEORICO DE LA REVOLUCION
En sus tesis de abril, Lenin planteo el objetivo ultimo bolchevique: la revolución socialista que tendría como premisa fundamentales de actuación el rechazo a la guerra y el reparto de tierras, para forzar la alianza obrero-campesina, y como practica política, la negativa a cualquier colaboración con el Gobierno Provisional y con su futura expresión parlamentaria, la Duma.
Lenin fue el teórico y el organizador de la Revolución. Había dedicado toda su vida a su formación teórica, que procedía de los marxistas rusos y alemanes, y adopto el marxismo a las condiciones de un país atrasado como el imperio ruso. Estas teorías tuvieron su realización practica en la revolución fracasada de 1905, de donde surgió lo que en 1917 fue el instrumento de la Revolución, el soviet.
En su obra El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916), además de valorar la Guerra Mundial como un conflicto imperialista en la etapa del capitalismo financiero, vislumbro que la revolución socialista de podía iniciar en un país atrasado como Rusia. En El Estado y la revolución (1917), fijó el papel de los soviets en la construcción del socialismo y la naturaleza de la dictadura del proletariado. Ya en 1901 en su folleto ¿Qué haces? había definido el modelo de partido que podía dirigir una revolución, un partido de revolucionarios profesionales.

3.EL VIRAJE CONSERVADOR Y LA CONTINUACIÓN DE LA GUERRA
Durante 1917 la evolución política rusa estuvo siempre mediatizada por la guerra. La actitud continuista del Gobierno Provisional y de los grupos políticos que lo sustentaban, sobre tofo el Kadete (el Partido Democrático Constitucional), se extendió, a las filas bolcheviques, en cuyo seno el sector denominado blando no mantenía las posturas tajantes de Lenin para acabar la guerra. Asimismo. Endureció los sectores políticos mas conservadores, que mantenían un discurso nacionalista, y eran partidarios de la continuación de la guerra a toda costa. Con ello pretendían mantener la estructura del ejercito, que podía ser utilizado en el interior para eliminar la creciente influencia de los bolcheviques y, en un futuro, para conseguir la vuelta al viejo orden.
El Gobierno Provisional, preso de una doctrina tendente al respeto de los compromisos bélicos con los aliados, acabó haciendo suyo el objetivo de los conservadores, pero con propósitos políticos diferentes. Las ofensivas del verano provocaron la insurrección popular del 3 de julio en Petrogrado, encabezada por los bolcheviques. Lenin, tras el fracaso de la insurrección, se exilio en Finlandia y el partido paso a las clandestinidad. Las derrotas militares, que culminaron con la ocupación alemana en el Riga en 21 de agosto, plantearon el enfrentamiento entre el Gobierno Provisional, dirigido por Kerenski, y el núcleo de la oficialidad conservadora, en cuya cúspide se situaba el general Kornilov.
Esta confrontación volvió a situar a los bolcheviques en el primer plano del proceso revolucionario, el 7 de septiembre Kornilov intento un golpe de estado con tropas retiradas del frente. Sus exigencias eran el establecimiento de un gobierno autoritario que retrotrajera la situación a la etapa anterior al menos de febrero. La doble respuesta del Gobierno Provisional y de los soviets acabó con el intento, pero la iniciativa quedo en manos de estos últimos.

4.LA TOMA DEL PALACIO DE INVIERNO
Lenin preparó desde principios de octubre el asalto final. En 9 de octubre el Comité Central bolchevique, por diez votos contra dos, se pronuncio por la insurrección armada. El 15 se formo el Comité Militar Revolucionario en Petrogrado, con Trotski a la cabeza. La chispa definitiva estalló cuando Kerenski decidió enviar al frente nuevos regimientos acantonados en la ciudad. Por fin la insurrección se puso en marcha el 24 de octubre, perfectamente planificada, con la ocupación de los puntos neurálgicos de la ciudad. En la madrugada del día siguiente culminó el asalto al poder con la toma del Palacio de Invierno y la huida precipitada de Kerenski.
La revolución conquisto Petrogrado, pero hasta el 2 de noviembre los soviets no se hicieron con el control definitivo de Moscú. En los meses siguientes la revolución se propago por los principales centros urbanos de la Rusia europea, pero extensos territorios siguieron bajo el poder de las antiguas autoridades. Fueron los prolegómenos de la guerra civil.

Las Causas de la Revolucion Rusa

I. Causas Generales:

1.1 Economía tradicional:

Agricultura tradicional: . Las tierras pertenecían a grandes propietarios (latifundistas), aunque desde 1861 se había anulado la servidumbre feudal. La mayor parte de la población eran campesinos (80%). Había dos tipos de campesinos:

- Mujiks: mano de obra barata, vida mísera; trabajan para los latifundistas.

- Kulaks: Campesinos pequeños propietarios.

Industria escasamente desarrollada:

Empresas de capital extranjero

Obreros con condiciones míseras

Deficiente sistema de Comunicaciones: transportes escasos y anticuados.

1.2. Desigualdades Sociales:

La sociedad rusa se caracterizaba por grandes desequilibrios económicos, jurídicos y sociales:

Clases altas: Aristocracia (latifundista o urbana) y burguesía enriquecida.

Clases medias: buerguesía (profesionales liberales), Kulaks.

Clases bajas: Obreros, clases populares urbanas (criados…) y la gran masa de campesinos.

1.3. Poder autoritario del Zar:

El zar era el jefe político, militar y religioso. La mayoría del pueblo, sobre todo los campesinos, lo consideraban su protector, al que llamaban “El padrecito“.

Ejercía su poder a través de un elevado número de funcionarios y del ejército.

Vivía rodeado de la Corte en sus lujosos palacios (San Petersburgo)

En el momento de la Revolución el zar era Nicolás II Romanov. En los últimos años de su gobierno su poder y prestigio se había resentido por la influencia, especialmente sobre la zarina y su entorno más próximo, del controvertido Rasputín.



II. Causas Inmediatas:

2.1 Guerra Ruso- japonesa y Revolución de 1905:

Entre 1904-5 se produjo un conflicto bélico entre Rusia y Japón por el dominio de Manchuria (Región del Noreste de China).



La derrota de Rusia provocó encendidas reacciones:

- Domingo sangriento (22 de enero de 1905). Una huelga en la fábrica Putilov culminó en una manifestación hacia el Palacio de Invierno (residencia de la familia real), que fue sofocada muy duramente por la Guardia del Zar.



El descontento se extendió por Rusia, provocando oleadas de huelgas y manifestaciones que afectaron al propio ejército (Acorazado Potemkin).

Se forman los primeros Soviets (que son prohibidos en 1906) y el propio Zar, obligado por las graves circunstancias, convoca un Parlamento o Duma, para emprender reformas.

2.2. Oposición al zarismo:

Se formaron partidos políticos de oposición al Zar:

- Kadets o burgueses liberales : Pretenden la Monarquía parlamentaria

- Socialdemócratas: marxistas.:Se dividen en Mencheviques (minoría) , partidarios d eretrasar la Revolución hasta haber conseguido un nivel de mayor desarrollo económico en Rusia. Bolcheviques (mayoría),consideraban que el proletariado debía llevar a cabo una revolución y no pactar con la burguesía (lucha de clases)

- Socialrevolucionarios: Mayoritariamente campesinos. Entre sus propuestas estaba una República Federal.



III. Causa Coyuntural:

La participación de Rusia enm la I GM provocó una situación de hambre y miseria que generó un conflicto social. Las numerosas derrotas fueron desmoralizando a una población descontenta. El zar y el propio ejército fueron perdiendo prestigio a los ojos de su pueblo.